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Viajar con RENFE

Desde hace aproximadamente diez años, todos los viernes, me traslado desde Valladolid al norte de Palencia a pasar el fin de semana. El viaje lo realizo en un regional, antes chispa, y durante estos años nos han pasado casi las mismas aventuras que viajando por el antiguo oeste

El susodicho regional tiene una suciedad increíble, la sensación que tienes es que no se ha limpiado nunca, tengo mis dudas que en los países llamados tercermundistas los trenes estén tan sucios. Lo que si parece es que están desinfectados, al menos eso reza en varios carteles a lo largo del tren.

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A finales de primavera, que por estas tierras ya suele calentar sin medida, llegas a la estación y al tren le está cayendo un sol de justicia que te asusta, pero cuando entras en el vagón piensas que acabas de llegar al infierno. Los viajeros, en cuanto se pone en marcha el tren, bajamos las ventanillas, por ver si refresca un poco, y lo único que conseguimos es que circule un aire condicionado tan caliente que parece el viento del desierto.

En invierno hay días en que la calefacción, en algunos vagones, no funciona. Si nieva es muy probable que la circulación en toda la línea Madrid-Santander quede suspendida durante tres días. No llames a información, porque no tienen ni idea.

Otras veces se producen considerables retrasos, que por radio macuto te enteras que son debidos a la aguja de Sopeña, que nunca sabemos que la pasa, o a la catenaria de Reinosa, que tampoco.

Si decides hacer el viaje en un tren llamado Lince, que cubre la línea Madrid-Santander, dicho tren permanece parado en Palencia cincuenta minutos, sin ninguna razón aparente. Si preguntas en atención al viajero, te recomiendan que utilices el TALGO, que no sólo representa un problema económico, es que además casi no hay paradas intermedias.

En los meses de julio y agosto, retrasos y otros inconvenientes aparte, es cuando mejor se viaja, pues los trenes de cercanías que no se utilizan en Madrid los ponen en esta línea y que a pesar de tener unos asientos muy duros para un viaje tan largo, lo compensa la limpieza y el aire acondicionado.

Pero cuando viajar con RENFE es algo humillante, es cuando en la festividad de todos los Santos hay un puente

Cuando se da esa circunstancia, el primer día y el último se mueve más gente que los primeros días de agosto. Todos los estudiantes vuelven a sus casas y la mayoría de los ciudadanos que dejaron sus pueblos, esos días vuelven a sus lugares de origen para visitar los cementerios.

Hay unos trenes que tienen dos vagones y otros tres, cualquiera que toque sale de Valladolid a rebosar y en Palencia, donde se incorporan los viajeros que llegan de León estamos tan apretados, que si se cae una moneda no llega al suelo. Pero este año no. Servidora, después de estar en una cola interminable para coger billete (sólo había una ventanilla abierta), al llegar al andén está a punto de darme un yuyo. Hay un regional exprés con tres vagones grandes. Parece ser que ha tenido algunos problemas con la pintura exterior que no han tenido tiempo de reparar, pero teniendo en cuenta que no lo vas a ver, no tiene importancia.

Al entrar en el vagón me quedo asombrada, es espacioso, con mucha luz, cada vagón lleva un pequeño espacio para maletas y ESTA LIMPÍSIMO.

Arranca el tren y la sensación es de que va más despacio de lo que debería, pero no lo damos importancia, puede ser una sensación. A medida que avanzamos se comprueba que el tren va despacio, vamos cogiendo retraso. Preguntamos al revisor y nos dice muy amablemente que se ha averiado un motor de los dos que tiene. Después nos enteramos que el tren estaba en los talleres para un arreglo estético y técnico, pero como no había más trenes disponibles han tenido que poner el que había que era ese. El tren llegó a Santander con más de una hora de retraso.

Hacer cualquier pregunta al servicio de atención al viajero, es la mejor forma de perder el tiempo. Tu les cuentas los percances del viaje y ellos te contestan con la mayor de las amabilidades diciéndote…….manzanas traigo.

Lo único que ha mejorado considerablemente es la amabilidad de los revisores. Años atrás eran muy desagradables en general. Hoy es muy raro encontrar alguno que no sea amable.

Comentarios

Ya sabes, coge un Talgo...

Parece que para la RENFE hay líneas que no son rentables y en las que no ponen demasiado interés, por no decir ninguno.

Y como bien has dicho, lo del Lince desde Madrid es de cachondeo.

Hay que ver la vidilla que da RENFE. Pasan los años y uno sigue contando anecdotillas que no dejan de sorprendernos. Para bien o para mal, RENFE nos sigue dando que hablar especialmente para aquellos que no hacen un viaje puntual, si no que depende casi a diario de su servicio. En Madrid el día que hay avería en alguna línea (no falla un día) estamos todos patas arriba. Y es que el metro de Madrid vuela, como nuestros nervios.
Salu2 ;-)

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