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Octubre 02, 2005

Restauración

Otra de las cosas que me gusta, es los trabajos manuales, y entre ellos la restauración de muebles.  El trabajar con las manos me relaja y, además, obtienes resultados que te satisfacen.

Que te entreguen un enser, un mueble viejo (entre nosotros en un estado asqueroso y/o lamentable) y que tras ponerte a la tarea lo conviertas en algo “nuevo”, es gratificante.

Naturalmente que el trabajo de restauración es de paciencia, lleva su tiempo y trabajo. Lo primero es que hay que limpiar la pieza, en casos desinfectarla; tratarla contra la carcoma; decaparla para quitar pinturas o barnices; incluso desmontarla; consolidar acaso la madera, ….

Después de probar muchos productos, he llegado a la conclusión que el mejor decapante es la sosa cáustica, eso sí, manejada con prudencia ayudada con un estropajo. Las ceras, en los acabados, dan muchos problemas (que si te dejan marca las cosa húmedas, que si atrapan el polvo y se oscurecen, etc.), por lo que recomiendo un barniz satinado (barniz cera), que da un buen resultado y evita muchos problemas.

Hay que tener cuidado en conservar la pátina que da el tiempo, si bien eliminando la suciedad, y no tratar de “envejecer” el mueble, que es algo que se nota a la legua y hace que el trabajo y tiempo empleado desmerezca.

Así, para abrir boca, os presento un antes y después para que podáis apreciar el trabajo de restauración. En esto la imaginación también cuenta, pero sobre todo es esencial tratar de mantener el “tono” de la pieza, es decir que el resultado final no rechine, que esté acorde con la época de su realización
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Ya iré contando más sobre este tema y daré algunos consejillos.